La práctica de este deporte supone una gran oportunidad para desarrollar lazos afectivos y permite potenciar en el niño el desarrollo de otros puntos de vista, como por ejemplo el “ponerse en el lugar del otro” que es una habilidad muy difícil de desarrollar en otras esferas.
Las consecuencias positivas de la participación en el fútbol, tienen más que ver con la calidad de las relaciones sociales que se producen en el contexto deportivo que con la competición en sí misma, además de el valor cristiano en el que está pensado.
En el ámbito social, hoy en día un chico en Chile que no juega al fútbol es más difícil de ser aceptado que otros que sí lo hacen….Tendría que tener una personalidad muy fuerte para integrarse sin jugar a este deporte, nosotros a través nuestra experiencia vemos que “el que no sabe jugar” lamentablemente suele ser segregado, hay muchos chicos que al no saber jugar, se empiezan a aislar o lo aíslan los propios compañeros porque no juegan.
Nosotros planteamos el enseñar este deporte desde cero si fuese necesario, tanto física y audiovisualmente con material de apoyo pedagógico y así brindar para el beneficio social e integración del niño en su vida diaria.
Post partido de preparación Olimpiadas Inter Comunales
Confraternidad 1era Iglesia Bautista vs Combinado de varias Iglesias